Ambos procesos consisten en la congelación del alimento a temperaturas muy bajas (-20ºC). La diferencia principal es que la congelación es más lenta y progresiva que el proceso de ultracongelado.
La congelación lenta suele provocar la aparición de cristales de hielo que afecta al alimento más que la ultracongelación es mucho más rápida, no produce cristales de hielo y en general mantiene el valor nutricional del alimento congelado. Resumiendo, el ultracongelado es un proceso rápido que mantiene intactos muchos nutrientes y la textura y humedad de los alimentos. Por ello se utiliza para congelar alimentos muy frescos como el marisco y el pescado entre otros.
En ambos casos es tremendamente importante mantener la cadena de frío hasta su descongelación. Siempre debemos descongelar lentamente, preferiblemente en la nevera y con un día de antelación, esto ayuda a mantener intactas las cualidades organolépticas (sabor y aroma) de los alimentos.